lunes, 12 de julio de 2010

Pasaje

Gracias por llamar Noble Caballero,
que en tu sinceridad,
encuentro mi serenidad.
Que siendo hermano mío,
has complacido mis oídos,
más aún mis súplicas,
que ahora estoy completa
y mi dicha en parte se la debo a tu constante amor,
que siendo merecido,
me sumerges en el fervor,
de esta pureza,
en que me haces grande.
Querría recompensarte
de la misma manera.
Que ningún ultraje te alcance,
pues te auguro felicidad plena
en cualquier recoveco,
y sin alevosía ni presunción,
que esta función que nos encarna,
sea fructuosa.
Sin más dilaciones, tu predicho
es mi dicha,
seas complacido eternamente.