sábado, 26 de mayo de 2012

Estat liminal

I


L'agressivitat es torna passiva
la intimidació limita.
La pèrdua de consciència
certa i fràgil,
porta a la incongruència liminal
d'un estat anímic sense fronteres.


II


No s'ofega
segueix i no sofreix
pateix, parla de l'entorn
i de la proximitat abstracta d'ell.


La agresividad se vuelve pasiva
la intimidación limita
La pérdida de conciencia 
cierta y frágil,
lleva a la incongruencia liminal 
de un estado anímico sin fronteras.

No se ahoga
sigue y no sufre
padece, habla del entorno
y de la proximidad abstracta de él.

miércoles, 23 de mayo de 2012

lunes, 14 de mayo de 2012

Subterfugios y caminos



El hueco del ascensor es mi hueco y a veces un poco el de todos. El hueco es mi laberinto. Me pierdo en caminos para contar y describir. Cuando menos, intento decirlo sin palabras y normalmente es lo único de que dispongo.
Mi intención al comenzar el hueco eran mil ideas sobre lo que quería contar y al final sólo cuento una idea. Un laberinto que se entrecruza cada día, y a veces circula medio lleno de palabras, en ese hueco que ya existía antes de crearlo. Porque ya escribía palabras antes de escribirlas.

Tener un espacio que ya existe, no lo hace más tuyo, pero si lo hace más de todos.
Lo que es escrito ya no es mío. Una vez es escrito, ya no es mío.
Primero es de la tinta que corre por el boli, de las letras que se entrecruzan en la pantalla y finalmente de quien las lee. Siempre de quien las lee. No sé quién dijo que la poesía es de quien la lee, no de quien la escribe. Ni siquiera creo que haga poesía. Entrecruzo palabras que normalmente ya existían antes también.
Y en realidad ya no es tan tuyo lo que compartes, es de todos. Y eso es mejor.
Dedico lo que no intenciono: a cosechar palabras y enredarlas. Y eso me gustaría hacerlo ahora, enredarlas más que nunca. Convencida estoy de que cada palabra tiene su propio significado. Pero a veces encuentran el camino y otras no.

Hablar de emociones y subluxaciones emocionales es fácil. Cada día se suceden, simplemente hay que mirar alrededor.
Y lo que cuento podría ser de cualquiera, porque a veces son, los momentos y las sensaciones que no se explican, lo que hacen un día o un segundo. Y sin embargo explicamos lo que se puede explicar, y a veces descifrarlo requiere más que palabras.
Porque para construir caminos de emociones no existen palabras.