sábado, 18 de septiembre de 2010

un clavo, saca un martillo

Ella puso punto y final.
Puede sonar victorioso, pero para él ya había acabado.

Hacía tanto tiempo, que le da vergüenza pensar que le roban el corazón tan fácilmente.
Y por mucho que intentó arráncarselo, se aferró a su presencia errante, inexistente .
Duró tan poco, que piensa que se enamoró tan deprisa para no perderlo, o perderse.
Lo idealizó.
Pero él no sentía lo mismo. Y se ve sola.
Nunca más.
Se juró a sí misma: no enamorarse hasta que se hayan enamorado de ella antes.

1 comentario: